Hace tiempo teníamos ganas de hablaros de un fabricante de juegos de mesa muy especial; Reimwood. Pensaréis ¿y qué tiene de especial?. Si habéis hecho click en el enlace anterior quizá ya os habráis dado cuenta, en cualquier caso os vamos a hablar un poco de Reimwood, sus juegos y de su creador, Ramiro Merinero.
Para comenzar vamos a lanzar al aire algunas palabras: juegos de mesa, madera, sostenibilidad. Y es que Reimwood fabrica juegos (tres hasta el momento) de manera artesanal empleando la madera proveniente de bosques con certificación forestal, papel reciclado, tintas vegetales y otros materiales respetuosos con el medio ambiente. Detrás del proyecto se encuetra el arquitecto Ramiro Merinero, que muestra la pasión por el trabajo manual y de calidad y el respeto por la naturaleza en sus productos. Para conocer mejor a este fabricante y diseñador de juegos os aconsejamos visitar su página web, la cual podéis ver al comienzo del artículo.
Como no podía ser de otra manera, vamos a hablaros de estos tres juegos que pueden adquirirse a día de hoy. Pero antes de comenzar queremos mencionar algo que nos ha llamado mucho la atención, gratamente, y es que Reimwood también realiza pedidos por encargo de otros juegos como pueden ser las damas o el ajedrez, piezas, elementos de madera y otros artículos manteniendo su filosofía de trabajo. Eso sí, de momento exclusivamente para tiendas.
En cuanto a los juegos propios, comenzaremos hablando de Polder, palabra cuyo significado explica en gran medida el juego. Un polder es una fragmento de terreno que los holandeses han ganado al mar -si habéis volado a Holanda alguna vez los habréis visto desde el avión en algunos casos-, a través del bombeo de agua gracias a los molinos de viento. El juego consiste en construir canales gracias al molino de cada jugador, situado en el extremo del tablero, y que ha de llegar a la parte más profunda del polder, el centro. Para ello se cuentan con diferentes tipos de piezas que colocar en el tablero, que además puede ser rotado en sus diferentes anillos para mayor complejidad. En este sentido, las acciones de los demás jugadores pueden cambiar nuestro canal por completo, por lo que es importante estar atento a la situación global del tablero.
El segundo juego es el Labyro. Esta vez debemos llegar con nuestro peón al centro del tablero, el laberinto, evitando ser capturados por el minotauro. El juego se sirve en parte de unas mecánicas similares al polder en cuanto a funcionamiento de tablero se refiere, pero esta vez los jugadores tendrán que tirar un dado para ver cómo mover las secciones del tablero de juego. Este juego es para 2 a 7 jugadores, con lo que viene estupéndamente para una tarde con un buen grupo de amigos.
Además, este año 2015 Reimwood ha producido un nuevo juego de mesa; Sailer. Esta vez hablamos de un juego que enfrenta a dos jugadores y los pone al mando de una flota naval. Su mecánica es sencilla, de modo que es apto para todos los públicos, pero como otros juegos con pocas reglas, es también profundo y un reto para jugadores más experimentados. Los jugadores podrán mover dos barcos por turno, hacia adelante, realizar un giro de 60º (recordemos que las casillas tienen seis lados) o disparar con sus cañones a otros barcos enemigos. Para esto último es necesario que el barco del contrincante esté situado a babor o a estribor. Si se dispara por la parte de atrás o de delante de un barco, el atacante aumenta su valor en tres.
Es importante fijarse que si damos la vuelta con el barco, revelaremos la puntuación del mismo al enemigo. Tras el combate, se retira el barco de menor puntuación. Así, será de gran importancia la colocación inicial de los barcos y en cierto sentido también algún farol, ya que jugamos sin conocer en un principio cuáles son los barcos fuertes de enemigo, y éste tampoco los nuestros. Es posible atacar con dos barcos a la vez a un solo objetivo, siempre y cuando se sigan las reglas de adyacencia. Así será posible hundir incluso al barco más fuerte de siete puntos.
Los tres son juegos diferentes pero tienen en común el cariño con el que están fabricados, el respeto por el medio ambiente, y unas reglas sencillas pero que permiten el adentrarnos en diferentes estrategias y rejugarlos una y otra vez. Esperamos que ahora, después de haber leído este artículo, y quizá haber echado un ojo a la web de Reimwood en busca de más información, sepáis porqué estos son juegos especiales.
A jugar!
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